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Diario Clarín, 24 de Abril de 2011.
Con sus 320 canchas, la marca «Argentina» comienza a aparecer como destino deseable en el negocio del golf.
Además de sumar nuevos fanáticos, el golf se convirtió en un anzuelo de lujo para atraer turistas extranjeros y de alto poder adquisitivo.
La modalidad del Tour & Golf, así se denomina el negocio, trata de aprovechar la disponibilidad de 320 canchas que existen en el país para potenciar el turismo premium. De hecho, el país fue distinguido como el mejor destino de golf de Latinoamérica y el Caribe para 2011, según el criterio de la Asociación Internacional de Tour Operadores de Golf.
Para tal distinción, la IAGTO, por sus siglas en inglés, recaba la opinión entre 350 operadores en alrededor de 50 países.
En la última temporada, el negocio creció un 15% y proyecta para 2011 una facturación cercana a los US$2 millones. En Buenos Aires Golf and Tour, Patagonia Golf y Discover Golf, algunas de las principales firmas del mercado, sostienen que la cifra contempla sólo la venta de green fees (permisos para jugar) y prestaciones vinculadas al deporte. Y dicen que las visitas que llegan al país a practicar golf gastan hasta cuatro veces más que un turista «tradicional».
En la actualidad, hay alrededor de 10 agencias especializadas en el país, que combinan turismo y golf.
La oferta se centra en el «golf day», que incluye a los guías, el ingreso a las canchas, los palos, caddies, carritos eléctricos para trasladarse dentro de la cancha, algún refrigerio y hasta un brindis con champaña al final del partido.
Una prestación de este tipo puede costar entre US$80 y U$S300, explica Matías Ronconi, de Buenos Aires Golf and Tour. La cifra varía según el nivel de la cancha, Y si se juega días de semana o fines de semana. Y hay precios «especiales» para los turistas: si a un argentino le cuesta $150, a un extranjero se le cobra esa cifra, pero en dólares.
Un turista tradicional gasta en promedio US$106 por día (según el Indec). El gasto de los golfistas amateurs ronda los US$450.
Además del turismo receptivo, los operadores cada vez se vuelcan más hacia el mercado emisivo y corporativo.
A la par de las operadoras, el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur) intenta imponer la marca «Argentina» como destino de golf en las diversas ferias internacionales. Susan Marples, coordinadora del producto golf del organismo, explicó que el país cuenta con la ventaja de los distintos escenarios turísticos (Mendoza y la Patagonia son los más buscados), pero el aspecto negativo es que para los turistas europeos y norteamericanos es un destino muy lejano comparado con países más consolidados en esta industria, como Sudáfrica, Tailandia, Australia y China, entre otros.
Jorge Peralta, director de Patagonia Golf, señala que la actual temporada (2010-2011) ya es récord.
Sin embargo, señala que la principal dificultad para el negocio reside en la marcada estacionalidad del mercado, que crece notablemente en épocas de calor, entre los meses de octubre a fines de marzo. «Los golfistas se mueven buscando buenas temperaturas. Para sortear este problema, algunas agencias empiezan a desarrollar propuestas para fomentar el turismo emisivo (enviar turistas al exterior a cambio de una comisión) y también le apuntan al universo corporativo», dijo.
En la primera opción, las agencias pueden cobrar del 5 al 15% de los precios netos que ofrecen las empresas del exterior.
La variante corporativa es otra posibilidad. En Let´s Golf Argentina, una firma que organiza unas 10 competencias para empresas, sostienen que este negocio tiene más potencial que el turismo receptivo.
Según resume uno de sus fundadores y dueños, Guido Caserta, las compañías «empezaron a apostar más por el golf». Lo que muchos advierten es que la alta inflación y el tipo de cambio «clavado» están afectando a la industria, sobre todo en lo referido al turismo extranjero.
Al respecto, Nicolas Lorio, director de Discover Golf, dijo: «Es cierto, la realidad es que el tipo de cambio fijo congela nuestros ingresos, pero la Argentina tiene todas las condiciones para poder desarrollar exitosamente este negocio.
Lo que hace falta es que los clubes empiecen a aplicar el modelo del revenue management, que con tanto éxito logró hacer crecer el nivel de ocupación de los aviones y los hoteles de todo el mundo».